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                | Horapolo (s. V. d. C) 
                Sabemos de Horapolo a través de Suda, que lo menciona en
                ω 159 (Ὡραπόλλων) 
                como líder de una de las últimas escuelas paganas de Menouthis, 
                cerca de Alejandría, bajo el reinado del Emperador Zeno 
                (474-491), de donde tuvo que huir al verse involucrado en una 
                revuelta contra los cristianos. Su escuela fue clausurada, su 
                templo de Isis y Osiris destruido y él, tras ser torturado, se 
                convirtió finalmente al cristianismo. 
                Sin embargo, en la misma entrada, Suda alude a otro Horapolo 
                —probablemente tío del anterior—, un gramático de Phanebytis 
                durante el reinado de Teodosio II (408-450) que enseñó en 
                Alejandría y Constantinopla. Desde el siglo XVI, a él le suelen 
                ser atribuidos los Hieroglyphica. Hubo otras tradiciones 
                fantasiosas que adscribían la obra a un rey de Egipto, Horus, 
                hijo de Osiris, o hasta al mismo dios Horus, como puede leerse 
                en la portada de la traducción del manuscrito de Nostradamus 
                (ed. de Rollet, 1968): «Horapolo, Hijo de 
                Osiris, Rey de Egipto». Con otros fragmentos de Suda se reconstruye el mundo intelectual de Horapolo: selectos círculos filosóficos, de una refinada educación, que recogían con cuidado las últimas trazas del pasado egipcio, y admiraban las reliquias de los antiguos cultos, reinterpretando ese legado a la luz del neoplatonismo contemporáneo. Antes de Horapolo, la cultura egipcia, y con ella el conocimiento de los jeroglíficos, la habían propagado en griego Manetho, Bolos de Mende, Apión y Cairemón. Todas sus obras, que han sobrevivido solo fragmentariamente, se escribieron en el mismo estilo que los 
                Hieroglyphica de Horapolo, único tratado antiguo completo 
                sobre los jeroglíficos egipcios. 
                Los Hieroglyphica 
                Los dos libros de los Hieroglyphica, suman las interpretaciones de 189 jeroglíficos: el Libro I describe 70, y el Libro II 119. En el Renacimiento se consideraron, en general, como verdaderos caracteres egipcios, y aunque su autenticidad fue puesta seriamente en duda durante los siglos XVII y XVIII, la egiptología actual reconoce que el Libro I en su totalidad y alrededor de una tercera parte del Libro II se basan en signos reales de la escritura jeroglífica. No obstante, las interpretaciones no atienden a su significado funcional en el sistema escrito egipcio, sino a un presuntamente más elevado desciframiento moral, teológico o natural de la realidad, en un sentido idéntico al desarrollado por las mismas fechas en el 
                Physiologus. Este género de relectura simbólica de los jeroglíficos —«jeroglíficos enigmáticos» los llaman Rigoni y Zanco (1996)— fue muy popular en el último período helenístico. No nos extraña que tantos humanistas del Renacimiento —para quienes todo esto era ya familiar desde Lucano, Apuleyo, Plutarco, Clemente de Alejandría y, especialmente, la Enéada V de Plotino– admitieran en los Hieroglyphica una genuina 
                conexión con la más alta sabiduría. 
                La parte no jeroglífica de los Hieroglyphica —caps. 
                31-117 del Libro II— puede haber alentado más aún este tipo de 
                lectura al incluir la alegorización animal basada principalmente 
                en Aristóteles, Eliano, Plinio y Artemidoro. Estos renovados 
                símbolos fueron añadidos al material original por el traductor 
                griego, que en la introducción al Libro II afirma explícitamente 
                que son «interpretaciones de signos recogidos de fuentes 
                diversas». 
                El manuscrito de los Hieroglyphica llegó a Florencia, 
                desde la isla de Andros, de la mano de Cristoforo Buondelmonti 
                en 1422 (hoy se custodia en la Biblioteca Laurenziana, 
                Plut.69,27). A pesar de recibirse primero en un estrecho círculo 
                de humanistas florentinos del siglo XV, su contenido se haría 
                realmente popular a finales de la centuria, cuando se extendió 
                la nueva sensibilidad representada por la Hypnerotomachia 
                Poliphilii de Francesco Colonna (escrita hacia 1467 y 
                publicada en Venecia por Aldo Manuzio, en 1499). La editio 
                princeps, en griego, de los Hieroglyphica, fue 
                publicada por Manuzio en 1505 y vio más de 30 ediciones y 
                traducciones durante el XVI, adaptaciones y comentarios aparte. 
                Los Hieroglyphica ofrecían un tesoro de nuevas alegorías 
                que los humanistas aprovecharon bien directamente en sus obras 
                —como el famoso Ehrenpforte, de Alberto Durero— o, más 
                comúnmente, a través de la compilación muy completa y 
                sistemática que hizo Giovanni Pierio Valeriano, también titulada
                Hieroglyphica (princeps de 1556). Pero la auténtica relevancia del libro de Horapolo fue, sobre todo, instaurar un nuevo y difundido modelo de comunicación simbólica. A partir de la referida Enéada V.8 de Plotino, más los comentarios de Ficino, se entendió la representación jeroglífica como una forma inmediata, total y casi divina de conocimiento, opuesta a la mediata, incompleta y temporal propia del lenguaje discursivo. Estas ideas inspiraron no solo a Ficino o Giordano Bruno, sino a Erasmo, Athanasius Kircher e incluso a Leibniz. Por otra parte, esta obra implantó la moda de «escribir con signos mudos» (Alciato) —como se expone en tantos prefacios de libros de emblemas—, contribuyendo así de manera decisiva a la evolución y popularidad del género emblemático. De hecho, según ya señalaba Mario Praz, los emblemas se vieron normalmente en este período como equivalentes modernos de los signos sagrados egipcios. |  
                |  |  
            Jeroglífico 1.6 en varias ediciones:
             París: Kerver 1543(primera traducción francesa, y primera edición ilustrada):
 
             
            Quant ilz vouloient denoter dieu ou hauteur, ou depression & 
            bassesse, ou excellence, ou sang, ou victoire, ou Mars & venus. Ilz 
            paignoient vng aigle, signifiant Dieu pource que cest vng oyseau qui 
            fort multiplie & vit longuement aussi il semble y auoir quelque 
            effigie & similitude du soleil pource que seul entre tous les autres 
            oyseaulx laigle tient les yeulx fermes & ouuer contre les rais du 
            soleil & a ceste cause les medecins aux remedes des yeulx vsent de 
            lherbe de laigle quilz appellent hieracea. Aucunesfoys ilz 
            paignoient le soleil en forme dun aigle comme celluy par que nous 
            voyons elle denote haulteur pour ce que quant elle veult monter en 
            hault elle ne prent point son chemin de coste & a trauers comme les 
            aultres mais volle droict contremont. Bassesse pource quelle font & 
            descend de mesmes tout droict sans tournoyer comme font tous aultres 
            oyseaulx. Excellence pource que en beaulte & noblesse elle excede 
            tous les aultres. Sang pour ce quelle ne boit iamais eau mais sang. 
            Victoire pource quelle vainct & surmonte tous oyseaulx & que se 
            trouuant au combat si elle se sent & trouue foible elle se renuerse 
            & mect les piedz contremont & deuers le ciel & se deffend de son 
            ennemy lequel voyant quil ne peult faire le semblable se donne a 
            fouyr. 
            Bolonia: Filippo Fasianino 1517 (segunda traducción latina):
 
            DEum immortalem Aegyptii significare uolentes, altitudinem, 
            humilitatem, excellentiam, sanguinem, uictoriam, Martem, et Venerem, 
            Accipitrem notant, ac deum quidem primo eam ob causam significant: 
            Quoniam animal id plurimae foecunditatis est diuque uiuit. Ad haec 
            utique quia praeter omnia uolatilia solis Idolon ac simulacrum 
            Accipiter esse credatur, eo quod solis radios acutissimo obtutu 
            recte intuetur, Quamobrem medici quidem periti ad oculorum medelam 
            Hieracia ab accipitris nomine herba denominata, utuntur, Inde solem 
            quoque ceu dominum humani aspectus in accipitris formam nonnunquam 
            pingunt. Altitudinem uero, quoniam caetera animalia cum in altum 
            uolant oblique semper feruntur, quia recte uolare nequeunt, Solus 
            uero Accipiter recto uolatu altiora petit. Humilitatem autem, quia 
            reliqua animalia non recte uolantia secundum demissionem uadunt: sed 
            oblique descendunt. Accipiter uero per rectitudinem certam ad 
            humillima quaeque descendendo uertitur. Excellentiam, quoniam supra 
            omne auitium genus: Accipiter longe excellere uidetur. Sanguinem, 
            quandoquidem animal istud aquam in potum nusquam sumere sed 
            sanguinem duntaxat bibere solitum memorant. Victoriam, Quia genus 
            omne auium solus accipiter uincere creditur. Cum enim a robustiori 
            ac fortiori quapiam aue sese premi ac superari senserit, illico in 
            aere ita se supinum facit, ut ungues suos ad superiores partes 
            reuoluat, Pennas uero ad posteriora corporis deorsum, assidue 
            pugnando perstringat, hinc fit ut cum reliqua uolatilia ei in pugna 
            opposita idem facere et paria esse nequeant, uicta relinquantur 
            atque inferiora sint. Isque ipse accipiter ad uictoriam omnino 
            perueniat. 
            MS de Michel Nostradamus (ca. 1543-47), ed. Pierre Rollet 1968: 
            Que voulaient signifier pour l'aigle
 Quant ont vouloit monstrer dieu par  puissance,
 Dépression, haulteur ou exélence
 Sang ou victoyre, l'aigle ont paignoit en  rond,
 Dieu pour ce que l'aigle est oyseau fécond
 De longue vie comme oyseau non pareil
 Et simulachre du souverain soleil
 
 Pour ce qu'elle est d'exélente nature
 Sur toutz oyseaulx voir le soleil s'asseure,
 Ses hieulx intendz aux rayons sus les cieulx
 Par quoy les mires aulx modelles des hieulx
 Usent d'une herbe de l'aigle qu'ont voit métré,
 Voir le soleil comme seigneur et maistre
 Et largiteur de la vertu visive
 Et prime cause par effect productive
 Pour ce que quant hault au ciel vient monter
 Pour hault monter ne prend chemin oblique
 Mais contremont tout droit son vol aplique.
 
            Venecia: Gabriel Giolito de Ferrari 1547 (primera traducción italiana): 
            COme uogliono dimostrare Iddio, ouero altezza, o abbassamento, o 
            eccellenza, o sangue, o uittoria, [4v] dipingono un’Aquila. Iddio 
            certamente, per esser questo uccello abbondante e di lunga età. Et 
            ancho perche pare essere un simulacro del Sole, tenendo lei sola fra 
            tutti gli altri uccelli gli occhi intenti uerso i raggi del Sole. E 
            di qui uiene, che i Medici in uolere medicare gl’occhi adoprono 
            un’herba, c’ha preso il nome dall’Aquila. E uolendo alcuna fiata 
            dipignere il Sole, si come padrone del uedere, dissegnano la forma 
            dell’Aquila. L’altezza, perche gli altri uolatili, quando uogliono 
            uolare in alto, si piegano, non potendo uolar diritti: ma la sola 
            Aquila uola sempre diritta in alto. E similmente significa 
            abbassamento, percioche medesimamente gli altri uccelli discendono 
            in la terra torti, e l’Aquila sola discende diritta. Et essendo 
            l’Aquila da piu de gli altri uccelli, dimostra anchora eccellenza. 
            Et oltra di questo il sangue, perche come dicono non beue acqua, ma 
            il sangue. E superando lei gl’altri uccelli, significa per questo 
            uittoria: perche quando ella combatte con un’altro, s’ella s’accorge 
            d’esser uinta, si riuolta col corpo in su, & adrizza l’unghie, 
            hauendo l’ali e il dorso uoltato alla terra: & in questo modo con 
            gli altri guereggia: tal che non potendo fare’l simile il suo 
            nimico, si pone uolontieri in fuga. 
            Basilea: Heinrich Petri 1554 (primera traducción alemana):
             Gott. 
            EIn anzeigung Gottes für zůschreiben malen sie disen vogel den Adler, darumbenn das der so 
            fruchtbar vnnd langwürig.Sonn. DArzů vermeinen sie das der 
            Adler sey der Sonnen bild vnd warzeichen, dann vor anders gflügels 
            ahrt, so sieht er gstracks inn die Sonnen ströumen hinein. Deßhalben 
            die ärzt zů dem weethagen der augen, ein Kraut prauchen (ich liß hie 
            ein stein, den man ἀετίτην nennet) 
            derwegen so maalen sie zů zeitenn ein Adler, die Sonne, als ein 
            herren des gsichts zůbedeüten. Darzů vergleichend sie den Adler der 
            Sonnen, vmb diser vrsach willen, habendiro auch ine zůgeeignet, 
            darumben das das weiblin, sich so offt ime das mändlin lockt in der 
            geyle, das etwo biß in dreissig mal sich begibt, ghorsamet. Also die 
            Sonn, so sie dreissig tag vmblaufft fült sie den Mon, vnd macht in 
            scheynbar.
 Hochheit. SO sie yemands 
            hochachtend vnd als ein fürnemen anzeigen wöllen, so maalen sie auch 
            ein Adler, vmb dessen willen, das das ander gflügel alles, so es 
            sich in die höhin schwingen will, gleich beseits vnd krumb vmb 
            vffharen muß, do der Adler schnůr schlechts vber sich steigt.
 Vndertruckung. HIngegen bedeüt der 
            Adler auch eins vndertruckten jamer, der etwa inn hohem ansehen 
            gwesen, vnd gar in vnachtung kompt vff ein mal. Dann eben andere 
            vögel auch, all gmach vnd schlimms, auß den lüfften sich nider 
            lassen, do der Adler grad vnd schlechts nider scheüßt.
 Adel. WO yemands höher dann ander 
            leüt, vnd fürtrefflicher, wolten sie auch, der Adler zeigte 
            dasselbige durch eigne ahrt an, wöllicher der edlest vnder allen 
            voglen gehalten.
 Blůtuergiessen. VNd darumben das 
            der Adler (wie man sagt) allein mit plůt seinen durst löscht, kein 
            wasser trinckt, haben sie groß plůtvergiessen dardurch bedeüten 
            wöllen.
 Sig. VNd überwindtlich, vnd gleich 
            den ander vögeln allen, ist diser Adler überlegen, derhalben sie den 
            sig durch dessen bild, für schreiben wolten. Ob aber ein anderer 
            vogel ihm obläge, so legt er sich an rucken, whört sich mit den 
            klauwen also liglingen, als dann mag ihm der feynd nimmer zů, würdt 
            von dem erlegten gleich veriagt vnd überwunden.
 Caussin, Electorum symbolorum et parabolarum historicarum syntagmata, ex Horo, Clemente, Epiphanio & aliis cum Notis & Observationibus, París 1618: 
              
                | 6. Quid accipitrem pingentes, innuant. Deum quum volunt significare, aut 
                sublimitatem, aut humilitatem, aut praestantiam, aut sanguinem, 
                aut victoriam, accipitrem pingunt. Deum quidem tum quod 
                foecundum sit ac diuturnae vitae hoc animal, tum etiam quòd 
                Solis praeter caeteras volucres simulacrum esse videatur, vtpote 
                peculiari quadam atque occulta naturae vi, defixis in eius 
                radios oculis intuens. Atque hinc est, quod medici ad sananda 
                oculorum vitia, hieraceo herba vtuntur. Inde etiam fit, vt solem 
                interdum, tanquam visus autorem ac dominum, accipitris forma 
                pingant. Sublimitatem vero, quia cum caetera quidem animantia, 
                quoties in sublime tolli volunt, oblique ferantur, nec recta 
                sursum euehi possint, solus accipiter recta in altum volat. 
                Humilitatem porro seu delectionem, quod eadem ratione caeterae 
                animantes non perpendiculi modo, sed velut ex transuerso & 
                flexuose deorsum ferantur, solus accipiter directo ad inferiora 
                viam carpat. Praestantiam, quod caeteris auibus praestare 
                videatur. Sanguinem, quia animal hoc aiunt non aquam, sed 
                sanguinem bibere. Victoriam demum, quod caeteras volucres 
                vincere videatur. Quum enim robustioris animantis potentia se 
                videt opprimi, tum sese in aëre ita resupinans, vt vngues quidem 
                sursum, pennas vero ac posteriores partes deorsum versas habeat, 
                quum idem auis quae cum eo congreditur efficere nequeat, ita 
                facile eam in fugam vertit, ac sibi victoriam parat. | 
                
                Τί δηλοῦσιν ἱέρακα γράφοντες. 
                
                Θεὸν βοθλόμενοι σημῆναι, ἢ ὕψος, ἢ ταπείνωσιν, ἢ ὑπεροχήν, ἢ 
                νίκην, ἱέρακα ζωγραφοῦσι. θεὸν μέν, διὰ τὸ πολύγονον εἶναι τὸ 
                ζῶον καὶ πολυχρόνιον ἔτι γε μήν, ἐπεὶ καὶ δοκεῖ εἴδωλον ἡλίου 
                ὑπάρχειν παρὰ πάντα τὰ πετεινὰ πρὸς τὰς αὐτοῦ ἀκτῖνας ὀξυωποῦν, 
                ἀφ’ οὗ καὶ ἰατροὶ πρὸς ἴασιν ὀφθαλμῶν τ
                ἱερακίᾳ βοτάνῃ χρῶνται. ὅθεν καὶ τὸν ἥλιον ὡς κύριον ὄντα 
                ὁράσεως, ἔσθ’ ὅτε ἱερακόμορφον ζωγραφοῦσιν. Ὕψος δέ, ἐπεὶ τὰ μὲν 
                ἕτερα ζῶα εἰς ὕψος πέτεσθαι προαιρούμενα, πλαγίως φέρεται, 
                ἀδθνατοῦντα κατ’ εὐθὺ χωρεῖν. μόνος δὲ ἱέραξ εἰς ὕψος κατ’ εὐθὺ 
                πέτεται. Ταπείνωσιν δὲ, ἐπεὶ τὰ ἕτερα ζῶα οὐ κατὰ κάθετον χωρεῖ 
                πρὸς τοῦτο, πλαγίως δὲ καταφέρεται. ἱέραξ δὲ κατ’ ευθὺ ἐπὶ τὸ 
                ταπεινὸν τρέπεται. Ὑπεροχὴν δέ, ἐπειδὴ δοκεῖ πάντων τῶν πετεινῶν 
                διαφέρειν. Αἷμα δέ, ἐπειδή φασι τοῦτο τὸ ζῶον ὕδωρ μὴ πίνειν 
                ἀλλ’ αἷμα. Νίκην δέ, ἐπειδὴ δοκεῖ τοῦτο τὸ ζῶον, πᾶν νικᾶν 
                πετεινόν. ἐπειδὰν γὰρ ὑπὸ ἰσχυροτέρου ζώου καταδυναστεύηται, τὸ 
                τηνικαῦτα ἑαυτὸν ὑπτιάσας ἐν τῷ 
                ἀέρι, ὡς τοὺς μὲν ὄνυχας αὐτοῦ ἐν τῷ 
                ἄνω ἐσχηματίσθαι, τὰ δὲ πτερὰ καὶ τὰ ὀπίσθια εἰς τὰ κάτω τὴν 
                μάχην ποιεῖται. οὕτω γὰρ τὸ ἀντιμαχόμενον αὐτῷ 
                ζῶον, τὸ αὐτὸ ποιῆσαι ἀδθνατοῦν, εἰς ἧτταν ἔρχεται. |  | 
                De Accipitris cultu & Symbolis 
                apud Aegyptios, dico in obseruationibus. |  |  |  |  
        |  |  |    Historia editorial de los Hieroglyphica 
              
            • Venecia: Aldus Manutius 1505: editio princeps en griego, en 
            un volumen conjunto con las Fabellae de Esopo y otras obras menores, 
            basado en el MS veneciano «Marciano greco 391», del siglo XV.• Augsburgo 1515: primera traducción latina, de Bernardino 
            Trebazio, dedicada a Konrad Peutinger. Esta traducción –como se lee 
            en el prefacio– es bastante libre; omite sin más todos los lugares 
            corruptos o de significado dudoso. Sin embargo, fue muy popular, 
            como atestiguan sus muchas reediciones: Basilea 1518, París 1530, 
            Basilea 1534, Venecia 1538, Lyon 1542, Lyon 1626 (como apéndice a 
            Valeriano, Hieroglyphica).
 • Bolonia: Hieronymus Platonides 1517: segunda traducción al 
            latín, por Filippo Fasanini. Probablemente trabajó sobre la base de 
            un MS griego antes que con el de Aldus; pero esta obra no gozó de la 
            misma popularidad que la de Trebazio.
 • Inacabada traducción latina en MS. Viena, Nationalbibliothek: 
            la empezó Willibald Pirckheimer en 1512 a instancias del Emperador 
            Maximiliano I. Contiene 67 jeroglíficos del Libro I, y el primero 
            del Libro II. Publicado por Giehlow en 1915.
 • París: Pierre Vidoue 1521: editado por Jean Angeli; el griego 
            se basa en Aldus, y el latín en Trebazio.
 • París: Jacques Kerver 1543: primera traducción al francés, de 
            traductor anónimo, ilustrado con 197 grabados generalmente 
            atribuidos a Jean Cousin. El Appendix contiene diez «jeroglíficos 
            adicionales,» incluyendo 1.66, 2.1 y 2.5 de la edición Aldina, más 
            algunos otros tomados principalmente de la Hypnerotomachia 
            Poliphilii.
 • Venecia: Gabriel Giolito de’ Ferrari 1547: única traducción 
            italiana, de Pietro Vasolli da Fivizzano, dedicada a Giovanni 
            Battista Terzago. La traducción siguió el latín de Trebazio, con 
            muchas omisiones (de los 119 capítulos del Libro II, ésta solo 
            contiene 81); a pesar de ello fue una edición muy popular.
 • MS de una traducción francesa de Michel Nostradamus, hecha en 
            epigramas entre 1543 y 1547. Editada por Rollet, 1968.
 • París: Jacques Kerver 1548: griego, con traducción latina de 
            Jean Mercier. Fue reeditada, con el latín revisado por Mercier 
            basándose en un manuscrito que le entregó el impresor Guillaume 
            Morel, en 1551. Con los grabados de la edición de 1543.
 • París: Jacques Kerver 1553: el latín de Mercier de 1548, y 
            una traducción francesa probablemente de Jean Martin, el traductor 
            francés de la Hypnerotomachia (también publicado por Kerver, 1546). 
            Con los grabados de la edición de 1543, y con 7 «jeroglíficos 
            adicionales» en apéndice.
 • Basilea: Heinrich Petri 1554: traducción alemana del teólogo 
            suizo Johann Herold, con grabados muy pobres.
 • Valencia: Antonio Sanahuja 1556: edición griega de Juan 
            Lorenzo Palmireno, profesor de retórica y humanidades de la 
            Universidad de Valencia.
 • París: Galliot du Pré 1574: reedición de la versión de Kerver 
            1553 con sus grabados, pero con el latín de Trebazio, y con 11 
            «jeroglíficos adicionales» en apéndice.
 • Augsburgo 1595: edición griega de David Hoeschel, basada en 
            el MS Monacense griego 419 de Augsburgo (solo ligeramente diferente 
            al de Aldus); con el latín y las observaciones de Jean Mercier de 
            1548. Esta versión sirvió de base para el texto griego de todas las 
            ediciones siguientes. Reeditada en Augsburgo 1606, Frankfurt 1614 
            (como apéndice a Valeriano, Hieroglyphica), Leipzig 1626 (solo el 
            texto latino), Colonia 1631, Frankfurt 1678.
 • Roma: Aloisii Zanetti 1597: una versión griega latina de 
            Giulio Franceschini «expurgada» para uso en las escuelas, con 184 
            grabados de escasa calidad. Reimpresa en 1599.
 • París 1618: griega y latina, del jesuita Nicolas Caussin, con 
            sus observaciones. En el mismo volumen hay otras obras de simbolismo 
            animal. Aparece previamente con el título Electorum symbolorum et 
            parabolarum historicarum syntagmata, y posteriormente De 
            symbolica Aegyptiorum sapientia en las ediciones de Colonia 1622, 1631, 1654, 
            París 1634 y 1647.
 • Utrecht: M. L. Charlois 1727: editado por Cornelius de Pauw, 
            con el griego de Hoeschel y una traducción latina basada en la de 
            Mercier,1548; con todas las observaciones de Mercier y Hoeschel, y 
            con comentarios escogidos de Caussin. La introducción y comentarios 
            de Pauw prueban la presencia de un vasto material no egipcio en los 
            Hieroglyphica.
 • Amsterdam-París: Musier 1779: traducción francesa de Martin 
            Requier, quien ya rechaza la autoría de Horapolo y atribuye la obra 
            al traductor Filipo, ubicándolo en el siglo XV.
 • Amsterdam: J. Müller 1835: editado por Konrad Leemans. El 
            texto griego se basa en el de Hoeschel, pero se colaciona con tres 
            manuscritos no utilizados. Primer intento de separar 
            sistemáticamente el material egipcio auténtico de las ulteriores 
            adiciones helenísticas.
 • Londres: W. Pickering 1839: editado por Alexander Turner 
            Cory, sobre la edición de Leeman. Contiene las imágenes de varios 
            jeroglíficos egipcios auténticos que corresponden a las 
            descripciones del texto. Reimpreso en 1840 y 1987.
 • Nápoles 1940: edición 
            de Francesco Sbordone. Compulsado con 
            varios manuscritos nuevos, adopta los criterios más recientes de los 
            egiptólogos y demuestra que hasta las más fantásticas explicaciones 
            de Horapolo pueden rastrearse en los escritores antiguos.
 • Bruselas 1943: Traducción francesa, con abundantes 
            comentarios egiptológicos de Badouin Van de Walle y Joseph Vergote, 
            de la Chronique d’Egypte, nos. 38-39.
 • Nueva York  1950: traducción inglesa y anotada por Franz Boas. 
            Reimpresa en 1993, con introducción de Anthony Grafton, y los 
            grabados de Alberto Durero.
 • Madrid: Akal 1991: Traducción española de María José García 
            Soler, editada por Jesús María González de Zárate. Ilustrado con los 
            grabados y los textos griegos de la edición de 1551. Sus extensos 
            comentarios contienen abundante material sobre paralelos antiguos e 
            influencias renacentistas y barrocas.
 • Milán: Rizzoli 1996: edición y traducción al italiano de 
            Mario Andrea Rigoni y Elena Zanco.
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