El jardín siempre ha sido el lugar privilegiado del encuentro con Dios. Aquí, quien busque Su proximidad nunca se siente solo porque Dios, por la belleza de la creación, siempre lo acoge en su amor. En tanto que su corazón se aquiete y se entregue más y más a este amor, el hombre vive más profundamente la experiencia de que cada cosa no es sino Su mensaje de amor y su regalo.

Estas son las fotos de un jardín.

El lugar del encuentro. Si lo quieres.
Cuando estés cansado,
inquieto y distraído,
entra en el jardín.
Toma una vereda.
Oriéntate en ella. Sin prisa.
Entrégate a cada cuadro.
En la imaginación siéntate allí.
No interpretar. No buscar emociones.
Estas te atrapan en ti mismo.
Sencillamente siéntate.
Él se sienta contigo allí en silencio.
Detente un rato.
Recita una oración.
O calla.
Después continúa.
Cuando estés cansado, regresa.

Entra en el jardín.